Este artículo lo ha escrito una joven, estudiante de Bachillerato en el IES Benjamín Jarnés del Burgo de Ebro (Zaragoza). Tras una charla a la que asistió, en la que les contábamos lo que hacemos los amantes de la fotografía de naturaleza y pudieron contemplar nuestra exposición Asafona-2013, nos hizo llegar este escrito, que bien se merece un espacio en nuestra revista.
Gracias Irene por estas preciosas palabras y por haber “absorbido” tan bien nuestros sentimientos para y con la fotografía y la naturaleza.
ASAFONA
Por: Irene Royo Erlac
Alocado y disparatado para unos, extravagante e insólito para otros, y una auténtica muestra de valor, paciencia y perseverancia que no aloja comprensión para un mero espectador.
Una labor inestimable, un trabajo encomiable y una afición elogiable la que realizan cada uno de los integrantes de la asociación Asafona, con el único fin de alcanzar con sus objetivos, una ínfima parte de la instruida naturaleza que nos rodea, sin producir el más mínimo daño, percance o alteración posible, porque no necesitamos extraer o arrancar nada, para quedarnos con el valor estético y preciado, verdadera esencia e íntima cualidad de este pequeño mundo que está a nuestro alrededor, pero que una venda traslúcida, materialista y arrogante nos impide ver.
Unos rayos de luz, una mente ingeniosa y una paciencia infinita son los elementos necesarios para poder captar esta rutilante belleza, de la cual, la mayor parte la encontramos a unos escasos metros y no somos capaces de apreciarla.
Esta comunidad de personas con el común gusto del arte de la fotografía, son los encargados de plasmar paisajes exóticos, una fauna exuberante y una flora alegre y colorista que se esconde bajo nuestros pies.
Se trata de “la asociación Aragonesa de fotógrafos de la Naturaleza, una asociación carente de ánimo de lucro, con unos fines determinados y contemplados en sus estatutos” que tiene como responsable del ámbito directivo a una de sus integrantes, Marta Josa, la encargada de realizar la charla informativa que transcurrió el pasado miércoles 28 de mayo, en el centro IES Benjamín Jarnés de Fuentes de Ebro.
Eran más de 50 las fotografías que traía consigo, todas ellas de cualquier lugar, rincón o recodo de Aragón, recorrido por sus autores para conseguir captar ese momento mágico que se retrata en cada una de ellas.
Son muchos los métodos empleados para conseguir estas obras de arte, uso de trípodes para conseguir mejor pulso y precisión, un uso del flash regulado, técnicas como el macro, la utilización de determinados filtros, y variedad de objetivos diversos con fines distintos, además de la presencia de factores como las líneas, el cielo, la hora del día y sus correspondientes rayos de luz, entre otros muchos otros limitantes, que pueden influir en la fotografía. Tanto de forma beneficiosa aportando un matiz delicado y sereno, o perjudicando ese ambiente que se recrea con el juego de luces. Pero sobre todo, con una documentación previa sobre el lugar, previniendo prohibiciones u otros efectos ilegales, además de aportar conocimientos sobre todo aquello que puede aparecer ante nuestros ojos.
La virtudes que desbordan cada uno de estos expertos en fotografía, son la paciencia y el respeto, paciencia indefinida ante las horas y horas, que pueden pasar a espera del momento crucial al que ansías llegar, con el posible inconveniente de que algún factor juegue en tu contra y dificulte tu trabajo. Asimismo, que el respeto y la tolerancia hacia aquellos seres vivos que al igual que tú, no deben ser molestados y están en su derecho de vivir libremente sin que nadie interfiera en su desarrollo.
Atrévete, Sondea, Averigua, Facciona, Ocupa, Navega y Actúa, éstas podrían ser las palabras clave que responderían a las iniciales de la asociación y englobarían todo el proceso de trabajo y evolución de la técnica y del procedimiento recomendado y argumentado, para tener como resultado esa sabia partícula enmarcada y ensalzada con motivo de admiración y remarque.
Momentos como la floración, la llegada del otoño, de la noche, o de determinados rayos de luz, son los que esperan cada uno de estos fotógrafos para capturar con sus cámaras, ocultos mayoritariamente en sus hides, telas de camuflaje u otros objetos que les permitan camuflarse con el paisaje. Estas esperas se realizan muchas veces con otros de los miembros de esta asociación, personas afines a su afición, para hacer más llevadera la espera y tener una mano de ayuda durante la fase de trabajo.
Estos y otros muchos detalles nos fueron narrados uno a uno por Marta, a base de experiencias y comentarios, además de pequeños consejos y anécdotas que relataba con unos ojos brillantes y sentimentales, muestra de la añoranza y predilección por su trabajo, que disfrutaba narrando a unos jóvenes inexpertos en el tema, con la mayor intención de captar nuestra atención y ayudarnos a quitar esa venda que nos ciega ante todo aquello desconocido que nos queda por ver.