Vivimos en la era de la Tecnología, en el siglo de la fotografía digital, en el tiempo en el que prácticamente todo el mundo posee una cámara fotográfica, y sea réflex o no, sea de gran calidad o sencilla, parece que llevarla en la mano nos faculta para todo.
Vivimos en una época en la que se enarbola la bandera de tolerancia, pero en la que sin embargo lo que más se lleva es el egoísmo, el egocentrismo, el yo ante todo y el todo vale. Sin embargo, en la Fotografía, y más particularmente en la fotografía de Naturaleza no todo vale.
Al igual que por comprarnos un Fonendoscopio no nos transformamos en Médicos, por el mero hecho de comprarnos una cámara no nos vamos a transformar en fotógrafos, tendremos que aprender las técnicas, la teoría, conocer la cámara y practicar mucho. Y sobre todo seguir un código deontológico, que los fotógrafos y aficionados a la fotografía también tenemos.
- Flamenco Común encontrado enfermo (1)
(1) El conocimiento del medio y de la fauna me hizo darme cuenta que este Flamenco Común no estaba bien. Llamé a los Guardias del Parque que lo recogieron y llevaron al Centro de Rehabilitación de Fauna Salvaje. Dias después murió, tenía una intoxicación por plomo, causa bastante habitual en esta especie en zonas de caza, ya que se alimentan filtrando los lodos de las lagunas.
He visto, demasiadas veces, a personas que han traspasado los límites de una zona prohibida, en pos de una fotografía, límites que están señalizados, porque es zona de anidamiento, o porque existen unas flores únicas, o por cualquier otra razón de peso, pero cuando les increpas que lo que están haciendo está prohibido siempre te encuentras con la misma respuesta, “-total, por que pise un poquito no pasa nada” pero al cabo del rato, o al día siguiente, o al fin de semana siguiente, otra persona hará lo mismo y también pensará que por que pise un poquito, no pasa nada.
Y la pregunta es: “¿Vale todo por una fotografía?”
Y la respuesta es: “NO, rotundamente NO”
No se puede permitir, bajo ningún concepto que se moleste a un animal por el mero hecho de hacerle una fotografía, ni por querer ver un nido de cerca, ni al pollito que acaba de nacer. Tan mala es, en estos casos, la bravura como la ignorancia, la voluntad como la maldad. Sin embargo no debemos aplicar, estas medidas, exclusivamente a la fotografía sino también al observador de aves, al naturalista de campo o a cualquier persona que esté en el medio natural.
(2) Garza Imperial comiéndose una cria de Ánade Azulón por la intervención indebida de un abuelo y los nietos.
Hace unos años, la ignorancia de un abuelo que quería enseñarles a sus nietos a unos patitos recién nacidos, se tradujo en la separación de la pata de sus crías, quedando los patitos indefensos ante una garza real. Acabó en tragedia, yo estaba allí con unos compañeros fotógrafos y lo vimos todo, el abuelo y los nietos no vieron el final de su absurdo empeño, si bien, el que estuviéramos allí e hiciéramos las fotografías sirvió para que meses después pusieran unas señales para evitar dichas molestias.
Días atrás coincidí con una pareja que me contaba muy orgullosa que ellos veían muchos pajaritos pequeñitos, tienen una barquita en la zona del Delta del Ebro y se dedican a salir con ella a dar una vuelta y a pescar, y paran a comer en las playas vírgenes de la zona sur del Delta pero no eran conscientes de que cada vez que hacían su parada y bajaban de la barca con todos los trastos para comer, estaban incomodando a la fauna del lugar, y según la época incluso estropeando los nidos en una zona reservada para ellos. Cuando les comenté que esa zona estaba cerrada al público por ser zona de nidificación de aves, me dijeron que como no había ningún prohibido se podía ir. El prohibido está al principio de la playa pero, ¿Cómo ponemos señales de prohibido en el mar?
(3) Este Chorlitejo Chico, me apareció en un camino agrícola y se puso ha andar delante del coche haciéndose el herido. La intención, alejarme del nido que probablemente estaba preparando en la orilla del camino. (Fotografía realizada desde el coche)
Un hide indebidamente camuflado o en una zona en la que habitan especies en peligro, modificar los recursos de los que depende la fauna, intentar coger a un animal herido sin los conocimientos necesarios, …, pueden producir daños irreparables en una zona, a una especie o a un sujeto.
Conocer los comportamientos de las especies, informarse sobre las zonas protegidas y la fauna que habita en ellas, no acercarse a los nidos ni molestar a la fauna, evitar la manipulación de especies y salvaguardar el bienestar del sujeto, son entre otros los objetivos del Código Ético que la Asociación Española de Fotógrafos de Naturaleza elaboró, y al que, como otras asociaciones y fotógrafos, los integrantes de la Asociación Aragonesa de Fotógrafos de Naturaleza también nos adherimos.
(4) Esta hembra de Milano Real, vive en el Centro de Recuperación de Fauna Salvaje del Delta del Ebro. Una persona la encontró cuando era solo un pollo y decidió cuidarla es casa. La falta de conocimientos de la persona que la cuidó, la condenó a una jaula de por vida. Cuando la quiso soltar el Milano carecía por completo de los instintos básicos.
Dice así:
La Asociación Española de Fotógrafos de Naturaleza (AEFONA) propone un código de ética para los amantes de la Fotografía de Naturaleza con el objetivo de prevenir actuaciones irregulares que vayan en contra del espíritu enteramente conservacionista de sus integrantes.
1- El bienestar del sujeto es siempre más importante que la obtención de su fotografía.
2- Documéntate ampliamente sobre la biología y el comportamiento de las especies a fotografiar, con el fin de prevenir actuaciones improcedentes. Adquirir los conocimientos técnicos necesarios para abordar con seguridad la fotografía de seres vivos en cada situación que se presente.
3- Solicitar los permisos necesarios a las autoridades competentes para fotografiar especies y enclaves naturales protegidos por la ley, así como a los propietarios de terrenos privados.
4- Para fotografiar fauna trabajar preferentemente en el campo con ejemplares libres y salvajes en su medio natural, sin alterar su normal comportamiento y evitando las situaciones delicadas como animales incubando o con crías recién nacidas.
5- Para fotografiar flora trabajar también en el campo sin arrancar las especies protegidas.
6- Evitar el corte de ramas para camuflar los escondites o hides que se emplean para la fotografía de fauna salvaje (utilizar mejor redes de camuflaje artificiales).
7- Retornar a su lugar de origen, sin daño alguno y en el plazo más breve posible, aquellos especímenes de fauna y flora que hayan sido tomados del campo para su fotografía en estudio, excluyendo de esta sustracción a aquellas especies protegidas por la ley o en peligro de extinción.
8- Evitar manipular cualquier elemento mineral de manera que pudiera alterarse irremediablemente la integridad de una formación geológica o paleontológica.
9- Pasar desapercibidos siempre durante nuestro trabajo de campo, no atrayendo la atención del público o de un depredador. No revelar la localización de especies raras o amenazadas, salvo a investigadores acreditados que contribuyan a su protección.
10- Mantener siempre limpio el lugar de nuestro trabajo de campo.
11- Informar a las autoridades de cualquier infracción que observemos contra la naturaleza.
12- Colaborar con otros compañeros para mejorar las condiciones de trabajo en la naturaleza, divulgando este código ético entre todos aquellos que lo desconozcan.
Fotografías: garza comiéndose al pollo, Chorlitejo haciéndose el herido, flamenco enfermo, milano del centro de rehabilitación de fauna.