En nuestras salidas fotográficas y/o naturalísticas al campo, seguramente iremos en busca de bonitos paisajes, especies singulares de flora y fauna o arquitectura rural. En la mayoría de las ocasiones no habremos caído en la cuenta que por donde pasamos, hace años la vida no era como ahora y fruto de esa forma de vida más en armonía con la naturaleza nos ha quedado un patrimonio etnográfico de primer orden que se debe respetar, admirar y conservar.
Me estoy refiriendo a una arquitectura muy singular que aprovechaba las materias primas que la naturaleza ponía a disposición del hombre para su construcción, donde auténticos artesanos suplían sabiamente la ausencia de medios mecánicos y constructivos con soluciones imaginativas. Si todavía no se os ha ocurrido de que puede estar hablando pensar en donde se obtenía el hielo hace más de 50 años, o como eran los refugios en el campo, donde se producía la miel, de donde salía el yeso o la cal…
Muchas de estas construcciones están tan integradas en la naturaleza que pasarán desapercibidas, pero si nos paramos a contemplarlas y conocer un poco más de ellas, sabremos de un pasado duro, de trabajo, de fátiga, en definitiva de la huella que nuestros antepasados han dejado en la naturaleza fruto de una forma de vida que pocos de nosotros hemos conocido. En la Comarca de la Comunidad de Calatayud, podemos hacer un recorrido por algunas de estas singulares construcciones.
LOS HORNOS DE YESO
La obtención del yeso para la construcción era realizada antiguamente mediante la extracción de piedras de yesos en los montes y su cocción en los hornos u hornillos de yeso. La necesidad de este material, hizo que estas estructuras fueran abundantes, sobre todo en aquellas zonas donde el yeso era el componente principal de los montes cercanos como en las tierras que circundan los valles de los ríos Peregiles y Jiloca. Los hornos se excavaban en la tierra y se cerraban con paredes de piedra, dejando dos boqueras triangulares en la parte inferior para introducir la leña y un orificio superior que hacía de tiro; dentro se introducían las piedras de yeso para su cocción que duraba uno o varios días según el tamaño del horno. En el municipio de Velilla de Jiloca existen varios de estos hornos que han sido resturados con paneles explicativos sobre el proceso de obtención del yeso.
LAS NEVERAS
Cuando no existían neveras como las entendemos hoy en día, ni el hielo industrial, la nieve se almacenaba en los pozos de hielo o estructuras circulares cerradas con una bóveda. Se almacenaba durante las grandes nevadas del invierno para venderla en los pueblos durante los meses de calor. Para ello se almacenaba en capas separadas por paja y aislada del suelo y los laterales por cañas o madera. Hoy en día sólo las ruinas de estas bellas construcciones permanecen escondidas entre los montes como testigos de un pasado no muy lejano. Dos bonitos ejemplos de estas construcciones las podemos contemplar en el municipio de El Frasno, la de Santa Brígida en lo alto de la Sierra Vicor que conserva su bóveda y la recientemente restaurada de “la erilla alta” a la que podemos acceder en un agradable paseo por la cara norte de la sierra de Vicor.
LOS PALOMARES
Los viejos palomares se constituían en una actividad complementaria a las tradicionales como la agricultura y la ganadería, ya que de ellos se extraían los pichones como fuente de proteína en tiempos en los que la carne no era muy habitual en dieta, y además de aprovechaba la palomina como un excelente abono para el campo. Si bien en la comarca de Calatayud no son muy abundantes, sí que existen determinadas zonas en las que lo eran, y además alguno de ellos de singular construcción. Podemos visitar en el valle del Peregiles las ruinas de los que rodean a la población de Villalba y que caracterizan su paisaje y sobre todo el de forma circular y rodeado por una tapia en Belmonte de Gracián. Singular es también, por la disposición regular de los nidales hechos de vasijas de barro, las ruinas del colmenar de las casas del pinar de Montenuevo en Ateca.
LOS ABEJARES
Con el nombre de “hornos u hornales” se conoce en la comarca a las construcciones tradicionales en piedra, yeso o adobe, utilizadas para la cría de abejas y obtención de sus productos, principalmente la miel. Estas construcciones, algunas de ellas todavía hoy en uso, tienen aspecto de caseta con cuatro paredes y tejado a una vertiente, si bien en algunos casos se adosaban a alguna roca que hacía las veces de pared posterior. En el interior se establecían compartimentos llamados hornos, con salidas al exterior que reciben el nombre de “piqueras”. Estaban situados en zonas de solana y al abrigo de los vientos aprovechando la abundancia de plantas aromáticas como el romero, tomillo, lavanda, etc. La gran cantidad de estos abejares existentes en la comarca, habla de la importancia de esta actividad, que se constituía como complementaria a la agricultura y la ganadería, además de constituir algunos de ellos verdaderas joyas escondidas entre las oquedades y cuevas de los cortados y cañones fluviales.
LOS REFUGIOS O CASETAS
En una época en la que los vehículos a motor eran más un sueño que una realidad, el traslado hasta las parcelas objeto de cultivo o el pastoreo del ganado se realizaban a pie o con caballerías, lo que obligaba a echar comida y permanecer durante toda la jornada en el campo. A merced de las inclemencias meteorológicas, el hombre supo aprovechar los elementos que la naturaleza le ofrecía para construir refugios en los que cobijarse de tormentas, aguaceros o fuertes vientos y muchas son las construcciones que podemos encontrar por toda la comarca con este fin. Entre ellas podemos citar las cuevas picadas en los yesos de la zona del Jiloca, las casillas de piedra seca de los páramos calizos de Belmonte de Gracián o las casetas de arcilla y techo de leña de Cervera de la Cañada.
Estas son algunas de esta singualr arquitectura rural y natural que podemos encontrar en nuestro caminar por la naturaleza, existen muchas más que animo a descubrir y fotografiar como recuerdo de un pasado no tan lejano.
Bibliografía
Urzay Barrios, José Ángel. Cultura popular de la Comunidad de Calatayud, Volumen IyII. Centro de Estudios Bilbilitanos.2006
VV.AA. Red de Senderos de la Comunidad de Calatayud. PRAMES. 2010
VV.AA. Red natural de Aragón, Comunidad de Calatayud. PRAMES. 2007