Una vez más me dirijo a Riglos. En esta ocasión he cambiado la cuerda y los pies de gato por la cámara y el objetivo.
La intención es hacer algún paisaje, buitres en vuelo y sobre todo ese precioso pajarillo que vuela como las mariposas “ el treparriscos “.
Al llegar a Ayerbe tomo dirección Loarre y a la altura del cruce del embalse de Las Navas giro a la izquierda, después llego a Sarsamarcuello, atravieso el pueblo y poco después alcanzo el mirador de los buitres. Esta amaneciendo y aprovecho para sacar fotos de los Mallos con las primeras luces, poco a poco la luz lo va cubriendo todo. Hace un frío intenso y hasta que el sol no caliente con fuerza no se crearán las corrientes térmicas que los buitres necesitan para volar.
Esta hora es la ideal para buscar treparriscos por las bases de los Mallos, puesto que la temperatura es muy baja y los escaladores no han empezado su actividad, con la consiguiente caída de piedras que puede ser peligrosa para quien transita por la base de la pared. Sin tardar mucho localizo al primer treparriscos, esta ave es bastante confiada y me permite acercarme bastante, unos diez metros más o menos. Lo voy siguiendo y mientras localiza pequeñas arañas, yo le doy gusto al gatillo. Al rato el pájaro toma altura en la pared y desaparece.
Vuelvo a bajar al pueblo y deambulo por sus calles buscando algo que llevarme al objetivo. Fotos y más fotos de los Mallos, me vuelvo a la carretera general para buscar otros puntos de vista y finalmente decido ir a comerme el bocata al mirador de los buitres.
Paso la tarde con mi antiaéreo disparando a todo buitre que pasa sobrevolando el “Macizo de los Fils” disfrutando de lo lindo. Rápidamente cae la noche y emprendo el camino de vuelta a casa, tan sólo una parada en el castillo de Marcuello para una última foto.
Hoy ha sido un buen día.
Fotografía y textos: Gerardo Santos (www.gerardosantos.net)